LA PACHAMAMA ES MINGUERA
Queridos amigos: Todo ocurrió como si la PACHAMAMA -esa madre cósmica que nos ha parido, nos protege y nos alimenta- hubiese percibido nuestros temores de tormenta o excesivo calor, y nos hubiera brindado una tarde apacible y luminosa en el Parque de las Naciones para la celebración de la FIESTA FINAL DE LA MINGA 2007. Estábamos llegando a la culminación de una semana de trabajo y esfuerzo que fue de menor a mayor, "creciendo desde el pié" hasta llegar el momento de sumar nuestras voces y levantar juntos la cosecha de aquello que habíamos sembrado.
Una cosa muy importante es que, en cada nueva situación que nos iba surgiendo, que exigía tomar decisiones, la Minga aparecía como un punto de referencia para actuar.
Decíamos "en una minga se hace esto y esto otro, respetando aquello"...etc.
Por eso es necesario que nos acostumbremos a pensar "como en una minga", dejando de lado intereses y ambiciones personales, con esos valores como guía.
Como cada una de las tres mingas que hemos celebrado, ésta ha sido una experiencia absolutamente nueva y original, un verdadero desafío a la imaginación y el ingenio, y nos ha dejado como saldo una exaltación del canto coral.
No me canso de insistir que, como directores de coro, en la medida que exaltemos y jerarquicemos esta actividad, todos saldremos beneficiados.
Es nuestro deseo que estas celebraciones se conviertan en una tradición.
Y una tradición no es repetir rutinariamente fórmulas preestablecidas.
Queda en nosotros el desafío de imaginar la próxima Minga Coral, tomando como base aquello que ya hemos cosechado.
Hasta pronto:
Una cosa muy importante es que, en cada nueva situación que nos iba surgiendo, que exigía tomar decisiones, la Minga aparecía como un punto de referencia para actuar.
Decíamos "en una minga se hace esto y esto otro, respetando aquello"...etc.
Por eso es necesario que nos acostumbremos a pensar "como en una minga", dejando de lado intereses y ambiciones personales, con esos valores como guía.
Como cada una de las tres mingas que hemos celebrado, ésta ha sido una experiencia absolutamente nueva y original, un verdadero desafío a la imaginación y el ingenio, y nos ha dejado como saldo una exaltación del canto coral.
No me canso de insistir que, como directores de coro, en la medida que exaltemos y jerarquicemos esta actividad, todos saldremos beneficiados.
Es nuestro deseo que estas celebraciones se conviertan en una tradición.
Y una tradición no es repetir rutinariamente fórmulas preestablecidas.
Queda en nosotros el desafío de imaginar la próxima Minga Coral, tomando como base aquello que ya hemos cosechado.
Hasta pronto:
POLO ROMÁN.